venres, 8 de agosto de 2014

No toda la gente errante está perdida: Ángeles sobre ruedas.

Una de las mejores lecciones que puede enseñarnos la vida es que las apariencias engañan. La asociación internacional BACA (Bikers Against Child Abuse - Moteros contra el abuso infantil) es un ejemplo perfecto de ello.


BACA, asociación sin ánimo de lucro fue fundada en su aspecto actual en 1995 (aunque llevaban actuando desde algún tiempo antes) por John Paul “Chief” Lilly, terapeuta, Trabajador Social, profesor universitario y motero y desde entonces ha venido desarrollando su labor. No sólo ha crecido por gran parte de los Estados Unidos, sino que la iniciativa ha cruzado el charco y se ha expandido por países europeos como Francia, Alemania y Holanda. Su lema, traducido al español, sería: "Ningún niño tiene que vivir con miedo".



El proceso de BACA se basa en cuatro niveles de intervención:
El proceso está regido por un protocolo a seguir en el que las autoridades dan a conocer el caso a la Asociación. Ellos se personan en el domicilio del niño llevándoles un chaleco y paseando con ellos en sus motos si así lo desean, después de este primer contacto se les facilita el nombre y los números de dos socios de BACA más cercanos a su ubicación y que serán los principales contactos del menor. Siempre van de dos en dos.

Los miembros que se aseguran del bienestar del menor hacen rondas, hablan con ellos, acuden a juicios con el niño e incluso si tienen miedo de ir a la escuela,  los  escoltan hasta que entren en el colegio y se sientan seguros.

La intención primera es que el niño no se sienta sólo, pero si esto no es suficiente ni para el pequeño ni para que la familia se sienta segura, los miembros de BACA van a sus casas haciendo acto de presencia para intimidar al acosador  y dar seguridad y protección a la familia.

En el nivel 3 su intervención para disuadir al agresor es más directa: una carta enviada directamente al agresor le hará saber de su presencia y que tomarán los pasos necesarios para ser un obstáculo en la intención delictiva y abusiva del delincuente.

El nivel 4 es más directo aún: si el agresor no cede en su intención los miembros de BACA preguntan por la dirección de éste y hacen acto de presencia por el barrio en el que resida el autor repartiendo pegatinas, pegando pósters y dando charlas para darse a conocer y para que el agresor sepa de su presencia. No llegan a tomar contacto con él; sin embargo, si alguno de sus miembros es atacado Bikers Against Child Abuse responderá con el compromiso y lealtad que les caracteriza y en el que prometen defender a sus miembros.
 Los miembros del grupo saben que su imagen es intimidatoria y procuran que eso juegue a favor de los pequeños y pequeñas. Sin embargo, el grupo se ha posicionado en contra del uso de la violencia o la fuerza física contra los maltratadores, aunque ha declarado que no tolerará agresiones ni contra sus miembros, ni contra los menores agredidos.

¿Y qué pasa en España?

Recientemente, otra asociación se ha empezado a poner en marcha a nivel nacional con una iniciativa muy parecida a BACA, en protocolo, misión, lema y principios: MOCAI, Motoristas contra el Abuso Infantil. En su página web declaran que llevan trabajando siete años en la comunidad de Madrid con medidas de protección, pero ya están instaurándote capítulos en Aragón y Alicante.


Si os interesa, podéis poneros en contacto con la asociación a través de su correo info@asociacionmocai.org

¿Qué os parecen esta clase de iniciativas?

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